El té constituye la segunda bebida más consumida en el mundo, sólo por detrás del agua. En China, se lleva utilizado desde hace casi 3.000 años, no solamente por sus propiedades estimulantes, sino porque ayuda a prevenir y mejorar numerosas dolencias.
Dentro de la medicina tradicional china, se usa para aliviar los dolores de cabeza, ayudar a eliminar las toxinas y para prolongar la juventud.
El té verde, que es la hoja de té sin fermentar, está de moda desde hace unos años. Se le atribuyen numerosas propiedades: es antioxidante, previene la caries, la halitosis y algunas enfermedades periodontales, al inhibir el crecimiento de ciertas bacterias. Y, lo que centra este post y quizá sea más importante después de los excesos de comida de estos días, favorece el control del peso.
Se ha comprobado que el té verde contiene altos niveles de unas sustancias llamadas polifenoles, que poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas e incluso antibióticas. El té verde también puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas y del hígado.
En concreto, uno de los estudios más significativos que se han realizado sobre las propiedades adelgazantes del té verde fue publicado en 1999 en la revista American Journal of Clinical Nutrition con el título "Efficacy of a green tea extract rich in catechinpolyphenols and caffeine in increasing 24-h energy expediture and fat oxidation in humans" y demostró varios aspectos muy interesantes del té verde:
- Aumenta la termogénesis en un impresionante 43%. La termogénesis es un proceso mediante el cual nuestro cuerpo quema calorías para producir calor, es decir, las desperdicia para aumentar la temperatura del cuerpo y eso se traduce en un mayor adelgazamiento.
- Sus propiedades adelgazantes son debidas a su alto contenido en polifenoles, en
concreto al polifenol EGCG (epigallocatechin gallate), que bloquea la acción de la enzima llamada COMT (catechol-O-methyl transferasa) la cual se encarga de destruir la hormona noradrenalina, una de las hormonas lipolíticas más importantes del cuerpo humano. El EGCG, junto al resto de polifenoles del té verde, son los que se encargan de bloquear a la COMT para que la noradrenalina pueda realizar a la perfección su trabajo "quema-grasas".
- El aumento de la pérdida de peso producido por el té verde es a costa casi en exclusiva de la masa grasa. Es decir, no se produce pérdida de masa muscular (tan importante para mantener el metabolismo elevado) y, por lo tanto, el adelgazamiento es más continuado (sin estancamientos) y existen muchísimas menos probabilidades de sufrir el odiado efecto "yo-yo".
Puede estimarse que, consumiendo tres tazas diarias de té verde, se consigue una reducción de peso de casi dos kilos en tres meses, sin hacer una dieta restrictiva.
Además de sus propiedades adelgazantes otros beneficios del té verde son:
- Estimulante. El contenido en teína del té lo hace ideal para concentrarse y encontrar lucidez en el estudio o en el trabajo.
- Diurético. La teína y las sales contenidas en el té, estimulan la diuresis y la eliminación de toxinas. Ideal también para las dietas de adelgazamiento.
- Anticolesterol. El té verde es rico en fenoles, sustancias de propiedades antiinflamatorias y capaces de robustecer los vasos sanguíneos. Beber té habitualmente, y hacer una dieta adecuada, puede ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
- Digestivo. Un té caliente, con unas gotas de limón, ayuda a la digestión y a los problemas de estómago.
- Rehidratante. El té es una bebida ideal para las personas que hacen deporte, gastan mucha energía a causa de la actividad física, o sudan mucho, ya que, caliente o frío, ayuda a reestablecer las sales perdidas.
- Previene las caries. Los polifenoles que contiene el té previenen las caries porque tienen una acción antiplaca similar o incluso más potente que la del flúor de los dentríficos.